mayo 05, 2012

Mi confrontación con la docencia


El siguiente escrito es una reflexión correspondiente a la actividad 1 del primer módulo de la Especialización en Competencias Docentes para la Educación Media Superior.
Estudié Ingeniería en Telemática, en la Universidad del Caribe siendo parte de la generación 2006-2010. Al egresar de la carrera me preguntaba  en dónde iba a trabajar, qué iba a ser de mi vida y un sinfín más de cuestiones que me quitaban el sueño. Cuando comencé mi búsqueda de trabajo en enero del año en curso, un familiar me comentó de la posibilidad de impartir clases en una preparatoria, me dijo “no es mucho, pero con algo se empieza”; decidí llevar mis papeles con cierto temor ya que a pesar de que cumplía los requisitos, mi edad es corta (23 años) y encima de eso me veo mucho más joven de lo que soy; motivo por el cual pensaba que no me darían la oportunidad puesto que si me pongo el uniforme puedo aparentar ser una alumna mas. Para mi fortuna y sorpresa, me aceptaron como profesora del Cecyte Plantel II Cancún; lugar en el cual sigo laborando.
En el fondo, creo que siempre supe que quería dar clases, puesto que provengo de una familia con varios tíos y tías que son docentes e incluso mi papá es profesor, bien recuerdo que cuando  tenía 7 u 8 años a veces él me llevaba a la secundaria donde trabajaba y yo me sentaba en una banca mientras él daba clases o calificaba alguna tarea. Mi familia, principalmente mi padre, han sido los modelos que influenciaron mi gusto por la docencia, pero no sólo ellos sino también algunos profesores que he tenido a lo  largo de la vida y que con su entrega al trabajo han sido una inspiración para mí.
En los 13 meses de experiencia que tengo, el ser docente significa para mí, todo un reto el cual con gusto acepto, en ocasiones siento que es una labor muy demandante ya que el trabajo no acaba cuando terminas la jornada laboral sino que al llegar a casa aún hay que calificar o planear alguna clase e incluso hasta te quedas pensando en estrategias para la siguiente clase o en algún problema que hayan tenido tus alumnos ese día o en cómo corregir problemas de conducta de algún alumno, sin embargo a pesar de eso también es muy satisfactorio ver a joven aprendiendo, superándose, queriendo ser mejor, aprovechando un buen consejo, cambiando alguna mala actitud; esos son los verdaderos deleites de ser maestro, saber que estamos haciendo algo bueno por una persona y al mismo tiempo por tu país. Mucha gente se queja del estado del país, de la gente, del gobierno, pero ¿qué se hace para cambiarlo?, yo considero que hago lo que puedo, desde donde estoy; formar hombres y mujeres no es cosa de juego, ser maestro es un puesto de suma responsabilidad, si un doctor se equivoca en su labor el paciente muere y si es una pena, pero ahí se acaba el asunto, en cambio si un profesor comete un error con un alumno, el asunto no acaba ahí sino que se multiplica y ese sentimiento a lo mejor de ira o desagrado para con la escuela se va a reproducir con los conocidos del alumno y muy probablemente después con sus hijos.
Ser docente de educación media superior es para mí, en ocasiones estresante y demandante pero también satisfactorio, agradable, noble y es la oportunidad de ayudar a la formación íntegra de los futuros hombres y mujeres que incorporaran a la sociedad.
Mi principal satisfacción es ver los cambios positivos en los alumnos, quizá no todos aprendan igual de rápido, a algunos les cuesta más que a otros; pero ver el progreso en el camino de cada uno, es lo que me da ánimo para querer  hacer las cosas bien. Pero así como hay satisfacciones, también hay aspectos que te causan el efecto contrario; en mi caso, la falta de atención de los padres de familia y la desmotivación de algunos alumnos son las razones por las cuales me siento insatisfecha; algunos sólo van a la escuela porque sus papas los mandan y esos papas ni siquiera acuden a las juntas para ver si sus hijos van bien o si están entrando a clases. El padre y el maestro deberían estar en constante comunicación y verse como un equipo para beneficio del alumno.
En mi camino como docente, he tenido la oportunidad de cursar la Especialidad en Competencias Docentes para la Educación Media Superior en modalidad online, que decidí estudiar con ánimo ya que al no tener una formación profesional normalista, hay muchas cosas respecto a las estrategias, terminologías, técnicas de enseñanza, entre otras, que no conozco. Para ser sinceros, no ha sido fácil ya que he pasado muchas noches de desvelo para poder terminar mis actividades a tiempo, pero no me arrepiento porque he aprendido una infinidad de cosas que me han ayudado a mejorar mi práctica docente, además he tenido la oportunidad de interactuar con profesores de diferentes lugares de la república que han compartido sus experiencias y consejos.
Independientemente de todo, es un honor ser maestra; aunque reconozco que aún me falta mucho camino y experiencias que recorrer, seguiré tratando de hacer las cosas lo mejor que pueda y buscar estrategias que me faciliten el logro de los objetivos de clase.
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”

1 comentarios:

Daniel dijo...

Son gratas las experiencias que pasa uno sobre los primeros días de la docencia, como lo manifiestas en tu escrito, sientes las miradas concentradas en todas direcciones y la cuestiones al finalizar la exposición que a veces uno siente si está bien o mal, es una serie de cuestionamientos que realizamos y eso nos amerita ser más dinámico y cambiar las técnicas de aprendizaje, el uso de la las computadoras es un ahorro del tiempo y de mayor calidad de nuestro trabajo y más participativa para el estudiante.
Saludos
Daniel Cobos

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